​

La visión sobre el proceso de salud enfermedad en los seres humanos que te comparto es el resultado de mis estudios de medicina, ecología y principalmente de mis intentos por mejorar mis hábitos. Esa es mi escuela, intento transcribir a la práctica aquello que entiendo que en teoría va a beneficiar a mi salud. 

​

Hoy, entiendo el dolor y la enfermedad como maestros que llegan para enseñarnos que un desequilibrio interno está manifestándose, y que esto puede llegar a ser peligroso para nuestra existencia sino hacemos nada al respecto, en otras palabras nos obligan a ponernos en movimiento y buscar soluciones. Podemos resignificar el proceso de "perdida de salud" o enfermedad como una muy buena oportunidad de crecimiento, dejando de ver a las enfermedades como enemigos para comenzar a verlas como aliadas. Nuestros desequilibrios dejan en evidencia la necesidad de alcanzar un nuevo equilibrio, una especie de lección importante con tarea para el hogar, cuidarnos más.

​

Nunca dejo de sorprenderme cuando cuento esta parte de mi historia, porque hace 15 años atrás, mientras fumaba, comía una hamburguesa y tomaba una cerveza, me decía a mi mismo que yo no iba a dejar esos vicios, primero porque me gustaban demasiado y segundo porque sentía que no tenía la voluntad necesaria para hacerlo. O sea, estaba totalmente desempoderado. Y claro, me enfermaba muy seguido y ya estaba manifestando algunos signos de estrés crónico y envejecimiento precoz.

​

Lo que más me da esperanza en estos tiempos donde parece que todo el mundo está cada vez más enfermo y desequilibrado, incluyendo el planeta, es que yo mismo pude hacer los cambios necesarios para empezar a curarme de manera natural y mejorar mi calidad de vida radicalmente, y lo sigo haciendo todos los días.

​

Y no voy a mentir, dió y sigue dando trabajo, aunque cada vez menos. Porque cambiar nuestros hábitos es un proceso trabajoso y lento, más cuando no se tienen las herramientas apropiadas. Hasta puede llegar a ser bastante frustrante y desalentador como para que no queramos intentarlo más. 

​

Por eso hago lo que hago, acompañar a las personas en sus procesos de autocura facilitándoles herramientas para descubrir y sacarle provecho a sus puntos fuertes e identificar sus puntos menos trabajados y comenzar a fortalecerlos. Desde la mente al cuerpo pasando por los aspectos emocionales de los desequilibrios y abriendo espacio para que el lado espiritual se manifieste.

 

Estoy convencido que si cultivamos nuestra salud, las enfermedades simplemente no tienen razón de ser. Y es algo que vivo en mi día a día. Desde que comencé a incorporar la filosofía del autocuidado consciente de mi salud, no me enfermo, ni una gripe. Ya pasaros más de 10 años que me siento cada vez mejor, en todo sentido. Esto me llena de confianza y esperanza.

 

La salud es nuestro principal tesoro, ya que sin ella se nos va complicando la existencia. Entendiendo esto, lo más inteligente que podemos hacer para no complicarnos la vida es comenzar a cuidar nuestra salud ahora mismo valorándola como lo más precioso que podemos tener.